Fuente: Los Tiempos, 30 de agosto de 2022.
En los últimos años, la inversión pública de los gobiernos subnacionales cayó considerablemente, mientras que su gasto corriente se elevó. Esto se debe a la disminución de recaudaciones impositivas, los menores ingresos por el gas, por regalías, pero también a un aumento vegetativo de los servidores públicos. Así lo señala un reporte de la Fundación Jubileo
Según el documento, para 2012, un 52 por ciento del presupuesto de las gobernaciones estaba destinado al gasto corriente y de funcionamiento, mientras que un 48 por ciento se dirigía a proyectos de inversión pública.
Esto cambió en el presupuesto de este año: el gasto corriente subió al 76 por ciento, pero la inversión pública cayó a un 24 por ciento.
En el caso de los Gobiernos municipales, la diferencia es aún más marcada. En 2012, el gasto corriente llegaba al 56 por ciento y la inversión pública representaba el 44 por ciento del presupuesto, pero en 2022 el gasto corriente subió a un 86 por ciento y la inversión pública bajó a un 14 por ciento.
Estas preocupantes variaciones se deben, en parte, a que los ingresos totales de los Gobiernos subnacionales han disminuido en los últimos años, por lo que las autoridades priorizan los salarios y gastos de funcionamiento y dejan un menor margen para la inversión.
«Estas entidades priorizaron preservar el gasto corriente/funcionamiento y otros, situación que puede comprometer el desarrollo y futuro de las diferentes regiones del país», señala el reporte de Jubileo. «Están intentado preservar sus gastos corrientes, como salarios y otros, mientras sacrifican la inversión pública», añade.
El analista en presupuestos públicos de esta fundación, René Martínez, recordó que desde 2015 comenzaron a bajar los ingresos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), las regalías por explotación hidrocarburífera y las transferencias de impuestos. Esto no sólo ha ocasionado una reducción del presupuesto total con el que cuentan los Gobiernos subnacionales, sino también una notoria variación en sus prioridades, que se plasma en menos inversión pública.
En 2014, las gobernaciones tenían ingresos por 9.821 millones de bolivianos por los conceptos ya señalados. Éstos cayeron a menos de 5 mil millones para 2022. En el caso de los municipios, los ingresos en 2014 estaban por los 15.428 millones de bolivianos, pero en 2022 estos bajaron a 9.035 millones.
Si bien no se realizó una proyección de cómo continuará la situación en un futuro, Martínez dijo que no se espera que la tendencia cambie dramáticamente.
El aumento del gasto corriente y la disminución de la inversión también se deben a un incremento del número de funcionarios que se mantuvo incluso después del periodo de bonanza por el gas (2014-2015). El analista en presupuestos indicó que algunas gobernaciones y municipios continuaron subiendo su gasto corriente en términos nominales incluso en 2018, 2020 y en lo que va del año.
Suben la inversión y el gasto corriente
El Presupuesto General del Estado (PGE) prevé para este 2022 un aumento del gasto corriente y de la inversión pública. El primero llega a 19.536 millones de dólares aproximadamente, un 4 por ciento más que en 2021. El segundo llega a 5.015 millones de dólares, que es un 25 por ciento más que lo que se invirtió en 2024.
Del gasto corriente, las cifras más altas corresponden a bienes y servicios, y a pago de salarios.
En los últimos días se publicó a través de la prensa que existe un considerable incremento de la deuda pública externa para cumplir con los gastos corrientes y de inversión, sobre todo en infraestructura.
Fuente: Los Tiempos.