Fuente: El Deber, 15 de septiembre de 2022.
El informe del Fondo Monetario Internacional destaca la recuperación del PIB boliviano desde 2020 y la reducción de la pobreza. Alerta que se debe hacer un ajuste fiscal si se busca la sostenibilidad de la deuda pública.
Juan Carlos Salinas Cortez
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en la Consulta del Artículo IV de 2022 con Bolivia, destaca que, si bien la pandemia de Covid-19 provocó y lo sigue haciendo trágicas pérdidas de vidas en el país, la recuperación económica de la recesión impulsada por la pandemia ha sido más rápida de lo esperado.
Tras una contracción del 8,7% en 2020, la economía registró un crecimiento del 6,1% en 2021, liderada por la minería, la construcción y la agricultura. Los precios mundiales más altos de los productos básicos han impulsado los ingresos de exportación, ayudando a elevar la cuenta corriente a un superávit del 2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021.
El organismo multilateral destaca que la inflación es solo del 1,9 % interanual en junio de 2022, respaldada por la fuerte producción nacional de alimentos, la vinculación de facto del boliviano al dólar estadounidense y los subsidios y controles de precios para el combustible y los alimentos.
Sin embargo, el FMI hace las siguientes 10 recomendaciones para el desempeño de la economía nacional.
1- Mantener la reducción de la pobreza. Bolivia ha logrado grandes avances en la reducción de la pobreza. El PIB per cápita se ha más que triplicado desde 2005, mientras que los programas sociales y los salarios más altos han mejorado la distribución del ingreso. De 2000 a 2021, la tasa de pobreza se redujo de 66,4% a 36,3%, la pobreza extrema disminuyó de 45,3% a 11,1%, la esperanza de vida aumentó de 62 a 72 años y la tasa de finalización de la escuela primaria aumentó de 84 a 99%. Estos fueron logros importantes y duraderos, remarcan desde Washington (EEUU).
2- Ajuste fiscal significativo. Para restaurar la sostenibilidad de la deuda, eliminar el financiamiento monetario y reconstruir las reservas internacionales. Si Bolivia opta por mantener su paridad cambiaria, la restauración de la sostenibilidad macroeconómica requerirá reducir el déficit primario a alrededor del 1,5% del PIB a través de un plan creíble a mediano plazo.
3- Reducción de gastos. El Gobierno tendría que restringirlos o incluso eliminar el bono (aguinaldo) salarial de fin de año, limitando el crecimiento de los salarios del sector público, limitando el crecimiento de la inversión pública y reduciendo los subsidios.
4- Más impuestos. La base impositiva puede ampliarse abordando la informalidad, fortaleciendo la administración tributaria y aduanera (a través de la modernización de la tecnología de la información y la mejora de la gobernanza) y ajustando la política tributaria para aumentar los impuestos sobre la renta personal en los hogares de mayores ingresos.
5- Menor subvención. Las reducciones de los subsidios a los combustibles deberán combinarse con la compensación de los deciles más pobres de la población. La implementación exitosa de un aumento en los precios internos del combustible requerirá reciclar una parte de los ahorros presupuestarios para programas de transferencia de efectivo que están dirigidos a los deciles más pobres de las poblaciones. Una estrategia de comunicación eficaz será fundamental para crear conciencia sobre la naturaleza regresiva de las subvenciones a la energía y los beneficios de cambiar a precios de la energía basados en el mercado combinados con transferencias de efectivo específicas.
6- Independencia del BCB. Bolivia se beneficiaría de una mayor independencia del Banco Central de Bolivia y de una transición cuidadosamente secuenciada a un tipo de cambio más flexible. Una mayor independencia y capacidad institucional del Banco Central apoyaría la estabilidad macroeconómica y financiera, y facilitaría los ajustes del tipo de cambio, cuando sea necesario.
7- Tipo de cambio flexible. Esto ayudaría a preservar las reservas internacionales, reducir la sobrevaloración actual del tipo de cambio y proporcionar ganancias netas de bienestar. La adopción de un tipo de cambio flexible junto con un marco monetario de metas de inflación aumentaría sustancialmente la resiliencia a los shocks del mercado. Esta transición debe prepararse y comunicarse cuidadosamente, coordinarse con otras medidas de política macroeconómica y acompañarse de la independencia institucional del banco central.
8- Mejorar la rentabilidad de los aportes a las AFP. Se debe considerar la posibilidad de diversificar los activos de los fondos de pensiones en una gama más amplia de activos, que podría incluir activos en moneda extranjera, para aumentar los rendimientos medios y diversificar la exposición. Sin embargo, esto tendría que ir precedido de una transición a la gestión profesional e independiente de las carteras de los fondos de pensiones y, aun así, habría que procurar con cuidado para no exacerbar los desequilibrios y vulnerabilidades externos.
9- Reducir el contrabando y la informalidad. Eso ayudaría a mejorar la gobernanza. El objetivo debería ser trasladar esta actividad a la economía formal, ampliar la base impositiva y mejorar la capacidad de seguir la evolución económica. Las reformas de la administración tributaria y aduanera pueden ayudar mediante el seguimiento de las mercancías y la mejora del cumplimiento de los procedimientos de importación. Estos esfuerzos desempeñarán un papel importante en la mejora de la gobernanza, donde quedan varias esferas prioritarias de reforma.
10- Impulsar las inversiones. Se necesitan reformas del lado de la oferta para impulsar la inversión en hidrocarburos y minería y fomentar el desarrollo de nuevas industrias. La Ley de Hidrocarburos debe reformarse para incentivar nuevas inversiones y reducir los requisitos existentes para que los productores vendan por debajo del costo al mercado interno. Las leyes mineras deben revisarse para incentivar la inversión privada en litio y otros sectores. Otras reformas, incluida la flexibilización de los límites a la exportación y los controles de precios, el uso del arbitraje internacional, el desarrollo de una ventanilla única para ayudar a los inversores extranjeros y la eliminación de las cuotas de crédito y los límites máximos de las tasas de interés serían bienvenidas.
Fuente: El Deber.