El gasto público, el contrabando, la exportación de oro internado ilegalmente a Bolivia y la mayor importación de combustibles son las causas estructurales de la escasez de dólares de Bolivia, una situación que se mantendrá ante la falta de medidas efectivas para afrontar cada una de esas cuestiones, de acuerdo con analistas.
La falta de dólares para el mercado nacional no es un problema de este año, si no que se inició en gestiones pasadas y se acentuó este 2023, precisó Germán Molina, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
“Desde 2006 a la fecha, el Gobierno del MAS ha expandido el gasto público en dos dígitos, ya sea que esté en bonanza, con crisis en la economía mundial o con crisis en nuestro país. Esto significa que se continúa gastando más de lo que ingresa y la diferencia se cubre con deuda interna y externa”, sostuvo el economista.
El gasto en inversión pública, precisó, se vuelca a la creación de empresas estatales en distintos sectores, algo que se inició en 2006 y continúa hasta la fecha. Estas empresas piden al Banco Central de Bolivia (BCB) dólares para importar maquinaria, equipos e insumos, como sucede con el Mutún, las fábricas de cemento en Potosí y Oruro, y el litio, entre otros, lo que aumenta las importaciones y pone presión sobre las Reservas Internacionales Netas (RIN), explicó. “Esto está ocasionando” la falta de dólares, remarcó.
Y esta es una tendencia que continuará en el tiempo. El 14 de mayo pasado, el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, anunció que la administración de Luis Arce tiene como meta consolidar las bases para tener una Bolivia industrializada hacia el Bicentenario con una inversión de $us 3.600 millones en 130 plantas que se instalarán en diferentes áreas productivas.
Para Molina, la menor existencia de la moneda estadounidense “va a continuar en la medida en que siga incrementándose la inversión pública destinada a establecer nuevas empresas estatales”.
Desde marzo de este año, la falta de dólares restringió el acceso de la población a esa moneda, consolidó un tipo de cambio paralelo y ha puesto a los importadores en lista de espera para recibir esa divisa en las entidades financieras.
“¿Por qué tenemos esta sangría de divisas? Por el contrabando” de productos en general, “el contrabando a Bolivia de oro probablemente de Perú o Brasil que luego vendemos como oro boliviano” y “por las importaciones de hidrocarburos, que en el último año han sido más altas”, afirmó Pablo Mendieta, director del Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec) de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco).
Respecto al contrabando, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) calculó que este ilícito pasó de mover unos $us 1.000 millones en 1999 a $us 2.300 millones en 2019 y a $us 3.331 millones el 2022.
“Hace años que esta actividad ilegal usa divisas dentro y fuera del sistema financiero nacional, solo que ahora su incidencia es mayor debido a la iliquidez del Banco Central para satisfacer óptimamente la demanda”, aseveró Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija.
Respecto al comercio ilegal de oro, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que en 2022 el país exportó 69,3 toneladas de oro, aunque la producción nacional fue de solo 53,2 toneladas, de acuerdo con datos del Ministerio de Minería y Metalurgia. Lo mismo pasó en 2021, cuando se produjeron 45,7 toneladas, pero se exportaron 53,3 toneladas.
De esta situación hay registros oficiales desde 2012, los cuales muestran que el problema volvió a crecer desde 2020, confirma la exposición de motivos de la Ley de Compra de Oro Destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales, documento elaborado por el Ministerio de la Presidencia.
Bolivia “no solo pierde divisas por el contrabando” de oro que ingresa de otros países, “sino también por las operaciones de comercio exterior que realizan las comercializadoras”, indica el informe, en el que se reconoce que “existe una internación de oro proveniente de Perú de forma ilegal que se destina a la exportación por vías formales” bolivianas.
“En Bolivia se ha dado una total libertad para que pueda transitar el oro que llega de Perú y para que se pueda exportar como si fuera boliviano”, apuntó Molina.
¿Y cómo se pierden las divisas? Las comercializadoras que operan en Bolivia, al recibir el oro de contrabando, pagan en dólares a los productores extranjeros, siendo la fuente de divisas el sistema financiero nacional que, a su vez, compra los dólares del BCB, lo que causa “una disminución directa en las reservas internacionales”.
Ya al exportar el oro, las comercializadoras reciben dólares de los compradores, pero esas divisas son retenidas en el exterior y no son depositadas en los bancos del sistema financiero nacional, indica el informe de Presidencia.
Respecto a la mayor internación de carburantes, datos preliminares del INE indican que las compras externas de diésel y gasolina alcanzaron en 2022 unos históricos $us 4.257 millones, en tanto que las exportaciones de gas sumaron solo $us 2.972 millones.
“Es curioso porque, cuando comparamos estadísticas de consumo e importación, encontramos que son como $us 900 millones de combustible que Bolivia ha pagado pero que no han entrado al país”, observó Mendieta.
El Gobierno informó que la subvención trepó hasta $us 1.731 millones y que parte de ese monto se cubre con las reservas.
Las RIN de Bolivia llegaron a su punto máximo en 2014, cuando superaron los $us 15.000 millones. Desde entonces, mantienen una tendencia descendente.
Fuente: El deber