La devolución de las líneas TLTRO el próximo 28 de junio puede animar a la gran banca a lanzarse de nuevo a competir por el ahorro
Los interrogantes sobre cuándo se desatará la esperada guerra de los depósitos (esperada, sobre todo, por los clientes de la banca) han estado sobrevolando durante los últimos meses el sector financiero, especialmente en España, donde la gran banca se ha mantenido firme en su decisión de no mover ficha, gracias a una más que confortable liquidez. Pese a ello, todo lo bueno tiene un final (salvo la salchicha, de la que la canción alemana dice que tiene dos) y todo desembarco cuenta con su día D. En el caso de la guerra de depósitos, ese día será probablemente el próximo 28 de junio, cuando la banca española se vea obligada a devolver unos 50.000 millones de financiación barata fruto de las líneas TLTRO del BCE. En el caso de las entidades cotizadas, la factura será de algo más de la mitad de los 83.000 millones que posee, a repartir entre CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja. Aunque el fin de la era del dinero barato, que ha permitido ensanchar los margenes del negocio, y la exigente regulación europea, que ha apuntalado la solvencia de los balances, no hacen presagiar que la batalla vaya a ser campal, el verano traerá de vuelta la remuneración del ahorro, que ya es hora.
Dime dónde generas tu fortuna y te diré cuántos impuestos pagas
Todas las familias felices se parecen, narraba Tolstói, y toda riqueza es un concepto indeterminado, salvo para el que no la posee, que suele definirla con claridad y reconocerla a primera vista. Más allá de ese punto focal, tener más o tener menos depende de con quién compare uno su fortuna …o de cuál sea su régimen fiscal. En España, por ejemplo, el polémico impuesto a las grandes fortunas se llevará un mordisco menor en Madrid, Galicia y Andalucía, gracias a un supuesto error técnico en la redacción del tributo, que permite que los contribuyentes de las comunidades que aplican descuentos en la fiscalidad de Patrimonio paguen menos de lo previsto.
El español es sensato y previsor, ahorra cuando puede y no derrocha
Se diga lo que se diga, los españoles somos un pueblo previsor. Tal vez no tan industriosos como los alemanes, pero desde luego tampoco manirrotos. Aunque se ha especulado mucho con la teoría de que el consumo en España ha mantenido sus constantes vitales gracias al ahorro acumulado durante la pandemia, los datos apuntan a que no ha sido el consumo, sino los gastos financieros, el destinatario de esa previsión. Los datos del Banco de España revelan que el 80% de los recursos extra se destinaron a vivienda o a activos financieros, y que el ahorro que todavía existe se destinará al abono de la deuda. Los cálculos apuntan a que los españoles tienen todavía 50.000 millones en depósitos, una suculenta razón para esperar con interés el Día D.
La frase del día
“Yo sería favorable a la idea de que podamos contar con una agencia de inteligencia artificial, digamos inspirada por lo que el Organismo Internacional de Energía Atómica”.
António Guterres, secretario General de la ONU
Renfe supera por fin el último trecho del bosque de la burocracia francesa
Los españoles nos quejamos del exceso de burocracia, un lamento compartido incluso desde nuestra literatura, pero que no nos pertenece en exclusiva. Si se trata de literatura, leer la inhumana burocracia que describe Gogol cura de espantos. Y si se trata de vida real, o de actividad económica, el papeleo francés no se queda atrás. Que se lo digan si no a Renfe, que tras superar un verdadero bosque mágico (que ha incluido la inscripción de una sucursal en Lyon y la apertura de una oficina junto a la estación Lyon Part Dieu) ha conseguido por fin el permiso para operar en tierras galas. Comenzará por unir Barcelona con Lyon y Madrid con Marsella. El próximo paso será comenzar a anunciar la venta de billetes…y a correr.
Fuente: Cinco dias