UNITEL constató que en la población fronteriza de Desaguadero no existe ningún tipo de control sobre el ‘contrabando hormiga’ de alimentos bolivianos. La producción nacional es trasladada a vista y paciencia de todos.
Mientras algunos productos de la canasta familiar producidos en Bolivia suben en sus precios, lotes de huevo, arroz, azúcar, carnes de cerdo y pollo cruzan hacia territorio peruano por Desaguadero, una zona roja del contrabando, a la vista de todos y en medio de un pacto de silencio.
La mercancía ilegal es trasladada en tricicletas hasta los botes, que están listos para cruzar el río Desaguadero. En ese lugar se concentra una gran cantidad de personas principalmente los jueves y viernes, días de feria. Así lo ha constatado la ren UNITEL.
Así, el “contrabando hormiga” no ha perdido fuerza pese al control militar que ha dispuesto el Gobierno en las fronteras para frenar contrabando de carburantes como el diésel, que de todas formas sigue llegando al sur peruano mediante el mismo mecanismo.
Los productos bolivianos son muy valorados en los mercados peruanos por sus bajos precios.
Un maple de 30 huevos que en La Paz cuesta entre Bs 25 a 30, llega a costar en el lado peruano en más de Bs 40.
El arroz, que en promedio cuesta Bs 230 en los mercados paceños, en Perú se comercializa en más de Bs 300.
El azúcar, que se cotiza en Bs 200 y 220, en Perú se vende en Bs 320.
La lista es larga e incluye el contrabando de garrafas de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que de los Bs 27 sube a más de Bs 80. Un negocio completo. Los garrafones llevan la inscripción de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Controles
UNITEL constató que en la población fronteriza de Desaguadero no existe ningún tipo de control sobre el “contrabando hormiga” de alimentos bolivianos. La producción nacional es traslada a vista y paciencia de todos.
La mayoría de los alimentos cruza la frontera en pequeñas y precarias embarcaciones que cruzan el río de Desaguadero para llevar los productos hasta el país vecinos. Solo metros separan a ambos territorios.
Este paso está ubicado a pocos kilómetros del puente internacional de peatones. El tráfico ilegal se ejecuta las mañanas y por las noches.
“Depende de charlar nomás es”, cuenta un hombre que lleva la embarcación.
Los lancheros dicen que la Aduana controla y decomisa solo cuando hay grandes cantidades de alimentos bolivianos. Los testimonios dan cuenta que “es fácil” trasladar los productos bolivianos hacia el Perú.
“No contralan nada. Gasolina, eso nomás controlan, de los autos grandes, eso nomás”, reveló un conductor de triciclo, otro de los medios de transporte que usan los comerciantes.
Pacto de silencio
Los contrabandistas y los mismos lancheros tienen un pacto de silencio. Nadie puede sacar fotografías y menos que se grabaciones sobre el operativo de traslado hacia territorio peruano.
Acopio
Los productos son llevados hasta centros de acopio, desde donde se distribuyen las mercancías a varias regiones del sur de Perú
En tiendas que quedan cerca del mercado Tupac Amaru se acopian los alimentos producidos en Bolivia.
Según los testimonios recogidos por UNITEL, hasta hace algunos meses hasta este punto llegaban camiones con grandes cantidades de productos nacionales, pero vía contrabando.
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Debido al incremento de los controles en la frontera y en la ruta principal que conduce hasta este punto fronterizo, como el puesto militar de Guaqui, el contrabando de alimentos bolivianos hacia el Perú disminuyó, pero aún sigue vigente.
Aceite, huevo, azúcar, arroz y otros alimentos de la canasta familiar son trasladados desde La Paz y otras regiones hasta la frontera. Cuando llegan a Perú, los comerciantes los camuflan con productos peruanos, aunque los consumidores peruanos saben identificarlos.
Demanda
Prefieren los productos bolivianos por el bajo precio, pero también por la calidad.
En el territorio peruano sus productos cuestan más que en Bolivia, tanto que pueden llegar a duplicar su precio final, por eso la ciudadanía del sur peruano prefiere consumir productos bolivianos.
Para obtener mayores ganancias los contrabandistas y los propios comerciantes mezclan y a veces reembolsan los alimentos bolivianos y los comercializan como si fueran peruanos.
Fuente: Unitel