Una encuesta a más de 3.500 profesionales revela que solo el 12% ha recibido Fondos Next Generation
El VI Barómetro Industrial 2022, elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España (Cogiti), ha revelado este miércoles un panorama algo más positivo para la actividad industrial que el estudio del año pasado. No obstante, los profesionales dedicados a este sector siguen teniendo dos grandes reivindicaciones. La primera es la necesaria implantación de una política fiscal específica para la industria y la segunda es promover una mayor agilidad en la tramitación y gestión de las ayudas europeas, ya que apenas el 12% de las pymes industriales ha recibido Fondos Next Generation, según la encuesta realizada a 3.500 ingenieros de la rama industrial.
Otra de las reformas que estos profesionales urgen a acometer cuanto antes es la del sistema eléctrico. Más que un entorno de precios de la energía más bajos, que por supuesto es la situación deseada por todos, las empresas industriales piden estabilidad en los costes y eso solo puede conseguirse con una reforma integral del actual sistema de fijación de precios.
El 90% considera contradictoria la rígida política medioambiental que se autoimpone Europa para luego permitir importar productos o materias primas de otros países sin exigirles que cumplan los mismos protocolos. En este contexto, más del 75% sería partidario de alargar la vida de las centrales nucleares, ha explicado la coordinadora del VI Barómetro Industrial 2022, Mónica Ramírez.
José Antonio Galdón, presidente del Cogiti, ha señalado que “es evidente que el sector requiere cierta protección y equilibrio para ser competitivo en un mundo global donde las exigencias son tan dispares, a lo que habría que sumar una estabilidad y certidumbre en los precios energéticos y una fiscalidad especial para fomentar las inversiones necesarias”. No obstante, ha recibido con gran satisfacción el anteproyecto de Ley de Industria publicado recientemente, en el que ya se recogen muchas de las medidas que se ponen de manifiesto en el barómetro, y confía en poder incorporar mejoras en el mismo. “Es una Ley que lleva más de 30 años sin actualizarse y requiere adaptarse a los tiempos actuales, que impriman el dinamismo y la transformación del tejido industrial, en consonancia con la digitalización y las políticas medioambientales y energéticas que requiere nuestra sociedad”, ha insistido Galdón.
En esta misma línea se ha manifestado también el presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, quien ha abogado por “políticas activas que doten de mayor peso al sector industrial”. En este sentido, y para que la industria española mejore su competitividad, Pich considera necesario “priorizar las políticas de I+D+i, favorecer que las empresas españolas ganen en tamaño, transformar la oferta industrial, fomentar la cooperación público-privada e incentivar la formación profesional”. A este respecto, el presidente de los economistas considera que “es necesario que los principales agentes implicados sean escuchados y más cuando ya existe un anteproyecto de Ley al respecto”. Por último, Pich ha coincido con Galdón en que era y es una ley muy necesaria, pero ha solicitado “una mayor concreción en cuanto a la financiación, plazos y objetivos, así como la participación en su diseño de todos los actores relevantes del sector industrial español”.
Preguntado por qué medidas fiscales deberían implantarse para favorecer al sector industrial, Pich ha explicado que se deberían explorar todas aquellas iniciativas que favorezcan e impulsen la reinversión de beneficios frente a su reparto o distribución. «En este sentido, el Gobierno ya está haciendo cosas pero muy enfocadas a las nuevas empresas y menos para las industrias ya constituidas. Lo ideal es fomentar que se invierta más en un sector como este con más empleo estable y de calidad», ha asegurado.
En cuanto a los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Pertes) puestos en marcha, los ingenieros encuestados consideran que el Perte de energías renovables es el más importante, y, a continuación, el orden de prioridad sería el siguiente: Perte del hidrógeno renovable y almacenamiento, el referido a la microelectrónica y semiconductores (Perte Chip), el agroalimentario, el de digitalización del ciclo del agua, el proyecto para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, el que prevé impulsar la economía circular, el Aeroespacial, y, por último, el destinado a la industria naval.
Asimismo, a los encuestados se les preguntó por los Perte que no se han creado, pero que en su opinión serían necesarios, y en este sentido, la mayoría, un 25%, indicó que sería muy positivo poner en marcha uno específico sobre autoconsumo y comunidades energéticas. Otro Perte muy conveniente sería uno especialmente dirigido a la pyme industrial (para el 20,94% de los consultados). A esos dos proyectos, los ingenieros consideran que deberían implantarse otros para impulsar la innovación tecnológica (20,56%), la eficiencia energética residencial (17%), el transporte (11,43%); y la ciberseguridad (4%).
Fuente: Cinco Días, 22 de Diciembre de 2022