En un escenario marcado por los problemas de liquidez y recurrente necesidad acceder a financiamiento externo, el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 contempla un incremento del 4,5 por ciento en el gasto destinado para sueldos y salarios en el sector público.
Analistas observan que el Gobierno de Luis Arce tiende a incrementar el gasto corriente pese a la necesidad de efectuar un recorte, dado que incluso las empresas públicas —algunas con cuestionada rentabilidad— tienen presupuestado un monto para el pago de sueldos y salarios que supera en 13 por ciento al que se asignó en 2022.
En la presente gestión se destinaron 45.235 millones de bolivianos para el pago de sueldos y salarios; el próximo año el monto pasará a 47.253 millones.
Según el PGE 2023, predominan los recursos destinados al pago de sueldos y salarios de los sectores magisterio, salud, Policía y Fuerzas Armadas, entre ellos acaparan un 58,1 por ciento de los recursos destinados para este fin.
Sin embargo, también se contempla un incremento en los recursos previstos para el pago de sueldos y salarios de los funcionarios de las empresas públicas. Según el PGE 2023, este año el monto fue de 2.774 millones de bolivianos, mientras que en la próxima gestión el monto subirá a 3.177 millones.
En opinión del economista Juan Pablo Suárez, el Gobierno demuestra en su presupuesto 2023 que no tiene la intención de reducir el gasto corriente, situación que coadyuva a la conformación del déficit fiscal.
Suárez también observó el aumento de recursos para el pago de sueldos y salarios en las empresas públicas, las que, según él, tienen la finalidad de robustecer el aparato burocrático y para contar con espacios laborales para personas afines al partido de Gobierno.
“No hay una visión de generar recursos para el Estado, porque en realidad, si quisieran hacerlo, lo que tendrían que hacer es cerrar las empresas deficitarias”, explicó.
Por su parte, el economista Germán Molina afirmó que el problema no es el gasto público, sino el financiamiento de éste, el cual debiera ser con ingresos genuinos, es decir, con impuestos y no con créditos externos.
“Otra medida es reducir gastos corrientes como son pasajes, viáticos, publicidad, remodelaciones, muebles, compra de equipamiento, etc.; y en gastos de capital asignar a proyectos de inversión pública eficiente con tasas de retorno aseguradas”, dijo Molina.
Recordó que, desde 2006, el Gobierno mantiene una política económica de expansión del gasto fiscal.
Cuestionan cifras del PGE 2023
El economista Gonzalo Chávez cuestionó las cifras que conforman el PGE 2023 al considerar que no existe una evaluación previa del comportamiento de la actividad económica.
Por ello, Chávez dijo que el presupuesto es como un “dibujo libre” y en un conjunto de “buenos deseos”, puesto que está “descontextualizado de la crisis” que vive el país en términos políticos, pero con impactos económicos significativos.
El analista mencionó que el Gobierno proyectó para 2022 un crecimiento del PIB del 5,1 por ciento, pero, con las pérdidas ocasionadas por el paro cívico en Santa Cruz, es posible que esta gestión cierre con un crecimiento del 3 por ciento.
Fuente: Los Tiempos, 22 de Noviembre de 2022
Pese a problemas de liquidez, gastos para sueldos y salarios subirán 4,5% | Los Tiempos