Gobierno proyecta un PIB del 4,86%, en tanto que el FMI, la Cepal y el BM estiman en 3,5%, un 3% y un 2,8%, respectivamente, para 2023. Expertos ven excesivo optimismo y discrepan con las previsiones
La administración del Gobierno de Luis Arce proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4,86% en el Presupuesto General del Estado (PGE 2023), mayor a las previsiones estimadas por los organismos internacionales en los últimos meses. La subvención a hidrocarburos sube de Bs 4.794 millones en 2022 a Bs 7.642 millones para la próxima gestión.
Asimismo, calcula un déficit del -7,49%, menor al previsto en la presente gestión (-8,50%) como también una inversión más baja que en 2022, proyectada en $us 4.006 millones
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Así, el Gobierno estima en 4,86% el PIB para la próxima gestión, cuando el Fondo Monetario Internacional proyecta un 3,5% y la Comisión Económica para América Latina (Cepal) un 3%. El Banco Mundial es más moderado en sus previsiones y estima el PIB boliviano en 2,8% para 2023.
Ayer, con motivo de la presentación del PGE 2023, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, anotó que la inversión pública estará en los $us 4.006 millones, menor a los recursos programados para la presente gestión ($us 5.015 millones).
Asimismo, adelantó que se mantendrá la política cambiaria con respecto al dólar. El tipo de cambio fijo que muestra el documento es de Bs 6,86 con respecto al dólar.
En cuanto al incremento de precios, la inflación se estima en el PGE 2023 en un 3,57% muy cerca del 3,30% de la presente gestión.
En cuanto al presupuesto consolidado, pasa de Bs 235.090 millones (en 2022) a Bs 243.950 millones para el próximo año; en tanto que el presupuesto agregado sube de Bs 304.045 millones a Bs 317.129 millones; es decir, un 4,3%.
En términos consolidados de ingresos y gastos, Montenegro estima ingresos de órganos del Estado en Bs 128.493 millones, mientras las empresas públicas generan Bs 79.588 millones, lo que representa el 33% del total.
El PGE 2023 también proyecta déficit en los ingresos versus gastos de entidades descentralizadas (Tribunal Supremo Electoral, Contraloría General del Estado, Instituto Nacional de Estadística), municipios, gobernaciones, universidades públicas e instituciones financieras estatales.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, señala que si bien el déficit fiscal que se plantea para 2023 es del -7,49%, menor al -8,5% del PGE 2022, se explica porque al tener una menor inversión pública, esto producirá directamente un menor gasto y, por ende, un menor déficit en el país. “Pero todo depende si es que no se incrementa el gasto en otras partidas tal como ocurrió este año con una elevació
n en el costo de la importación y subvención de combustibles; este año se tenía presupuestado Bs 4.794 millones para este efecto, pero el mismo creció un 59,4%, es decir, a Bs 7.642 millones para hidrocarburos”, anotó.
Para Antonio Saravia, doctor en economía y director del Centro de Estudios para la Economía y la Libertad en Mercer University (EEUU), con este serían 10 años consecutivos de déficit fiscal, que seguirá acumulando deuda porque no bajan los gastos.
“El Gobierno necesita apretarse el cinturón, pero no lo hará hasta pasadas las elecciones. El resultado es más deuda (80% del PIB) y menos reservas internacionales. La madre del cordero es el subsidio a los hidrocarburos de $us 1.000 millones. Sin bajar eso, no hay chances de reducir la deuda”, expresó el especialista.
Desde la perspectiva del economista Róger Banegas, en el PGE 2023 se está proyectando un crecimiento de la economía boliviana del 4,86%, un tanto optimista tomando en cuenta el contexto externo de desaceleración y el financiamiento potencial para el país. “En 2023, Bolivia reportará déficit fiscal por décimo año consecutivo con un promedio entorno al -7% del PIB. Sin mencionar que la deuda pública del sector no financiero ya superó el 75%. Es necesario brindar señales de ajustes significativos en las finanzas públicas con miras a la sostenibilidad fiscal”, expresó, al indicar que la tasa de inflación es la inercia esperada en torno al 3,5% asumiendo que no existan modificaciones de tipo de cambio, ni cambios en las de subvenciones de carburantes; de otro modo, la tasa de inflación fácilmente podría estar entorno al 10%, como sucede en el resto de los países de la región.
En opinión del economista Gonzalo Chávez, lo que hace el Gobierno es ‘poesía jurídica’ porque no reporta una evaluación de resultados y alcances del PGE 2022. “Son buenos deseos y el PGE 2023 está descontextulizado de la crisis en los términos políticos que vive el país y cuyo impacto en términos económicos es significativo (paro en Santa Cruz con un efecto de casi $us 1.000 millones), un 2,3% del PIB de Bolivia. Entonces, creo que este año el PIB será del 3%”, dijo.
Fuente: El Deber, 22 de Noviembre de 2022