Fuente: 12 de septiembre de 2022.

Carlos Bellott López

A los impuestos, a las tasas, a las patentes y a las contribuciones especiales, se les llama tributos, cuando únicamente los primeros y las últimas lo son. Esa confusión genera prácticas inapropiadas.

Los impuestos son las contribuciones en dinero que los ciudadanos/as dan a los gobiernos para financiar la gestión y administración pública. Parte de eso es la prestación de servicios públicos y gubernamentales. En muchos casos, el dinero de los impuestos e, incluso, el generado de la explotación de los llamados recursos naturales, no siempre abastece para financiar los servicios. Para solucionar el problema, puede optarse por hacer que esos servicios se autofinancien. Así, se cobra por la prestación de un servicio, en un monto suficiente para cubrir los gastos de producción. A esa figura de cobro se le llama “tasa”. Esto porque los gobiernos no tienen fines de lucro, por lo que no corresponde que generen utilidades.

Los bienes del Estado son de propiedad de todos los ciudadanos/as. Entre esos están los espacios públicos. Siendo todos sus dueños, todos tienen el derecho de usarlos. Si una persona decide instalar un negocio en un espacio público, por ser en parte dueña, debe tener en cuenta que todos los demás también lo son.

Por ello, esa persona debe pagar un alquiler sobre la parte que corresponde al resto de los propietarios. Puesto que quien representa a todos es el gobierno, es este el que debe cobrarlo. A estos pagos se les llama “patentes”. En realidad, a todo pago por el aprovechamiento del espacio público para la actividad económica.

Finalmente, las contribuciones especiales son los aportes extraordinarios que se hacen para determinadas obras públicas o acciones estatales que beneficien de forma significativa a la economía de los contribuyentes. Por ejemplo, una contraparte ciudadana para el asfaltado de una avenida, dado que esto no sólo beneficiará a la calidad de vida en la zona, sino que elevará el precio de los inmuebles y convertirá los frentes de las residencias en potenciales tiendas para negocios.

Los gobiernos cobran dinero en exceso a los ciudadanos/as, a través de mecanismos que no corresponden, y no mediante los que sí. Hay impuestos que no se han creado; y se cobra un monto ínfimo por el uso económico de los espacios públicos. Tampoco se explotan las contribuciones especiales. Sin embargo, mediante las tasas, los gobiernos aprovechan para imponer pagos excesivos.

* Carlos Bellot, constitucionalista

Fuente: El Deber.

https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/impuestos-tasas-y-patentes_292612

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