Fuente: El Mundo, 13 de agosto de 2022.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anuncia que las grandes empresas pagarán este tributo
Es difícil ubicar a Sergio Massa, el nuevo jefe de la Economía argentina, dentro de la izquierda o progresismo latinoamericanos: con orígenes en el liberalismo, el hombre fuerte del gobierno de Alberto Fernández pone mucho ahínco en cultivar las relaciones con Estados Unidos y el establishment argentino, aunque una de las medidas que está por lanzar haría las delicias del ala podemita del gobierno de Pedro Sánchez: un impuesto anticipado a ganancias desconocidas.
«Las grandes empresas pertenecientes a sectores que se beneficiaron por el aumento de los precios internacionales» pagarán este año «de modo excepcional, un adelanto de la fecha de ingreso de los anticipos del impuesto a las ganancias», anunció el ministro en su cuenta de Twitter.
¿Y para qué quiere Massa recaudar ese dinero extra basado en ganancias que se desconocen y que de hecho se harán efectivas en 2023? Para los pensionistas: la mitad de ellos cobra la jubilación mínima, 37.000 pesos, que equivale a unos 125 euros. El dinero de los más ricos de Argentina se destinará a un bono para la clase pasiva.
Una de las paradojas de la medida radica en que fue el propio Massa, hace más de una década y media, quien contribuyó a desfinanciar la caja de pensiones en el país: en los primeros años del kirchnerismo, Massa incorporó al sistema a 1,7 millones de personas que en su mayoría no podían demostrar un historial laboral. Hoy, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de las pensiones no puede cumplir con su cometido plenamente.
Una de las críticas que se le hace a la medida que Massa anunciará en estos días es que se trata de un anticipo sobre una cifra indefinida, y que el dinero que se recaude hoy faltará el año próximo. Cobrar anticipadamente el impuesto a las ganancias forma parte del menú económico argentino: lo saben bien aquellos que hacen gastos en dólares o en el exterior. La Hacienda Pública les impone un impuesto del 45% que devuelve un año y medio después, como pronto. La devolución es sólo parcial, ya que mientras tanto la cifra fue pulverizada por una inflación que hoy se encamina al 90% anual.
El otro gran obstáculo que enfrenta Massa, que recientemente recibió el apoyo en persona del embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, es el de definir un «número dos» que realmente entienda de economía y coordine todos los ámbitos del Ministerio. Massa no es economista, sino abogado.
El nuevo ministro estaba a punto de designar a Gabriel Rubinstein como viceministro de Economía cuando comenzaban a filtrarse opiniones en redes sociales del nuevo «número dos». En ellas, Rubinstein descalificaba con dureza tanto al presidente Alberto Fernández como a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su nominación no se concretó y Massa sigue sin «número dos» que lo guíe por las complejidades de la economía.
Alfonso Prat Gay, ex ministro de Economía del social-liberal Mauricio Macri, cree que el tropiezo con Rubinstein es un gran problema para Massa y la economía argentina.
La búsqueda de su viceministro es, ni más ni menos, la búsqueda «del ministro de Economía», señaló Prat Gay en declaraciones al diario La Nación.
«Es importante que pueda coordinar todas las secretarías que están abiertas, cada una con su especialidad. Es muy extraño que arme el equipo sin tener esa pieza definida. Da la impresión de que los economistas que han seguido a Massa no están en la lista. Más que la designación fallida de Rubinstein, creo que Massa no pudo convencer a los economistas que han estado toda la vida cercanos a él (…). Habrán hecho el cálculo de que no están dadas las condiciones para avanzar en las cosas que hay que avanzar».
La economía argentina comenzó a mostrarle ya los dientes a Massa: el índice de inflación de julio fue del 7,4%, con un 71% de subida de precios acumulada en los últimos doce meses.
Fuente: El Mundo.
https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2022/08/13/62f6989ffc6c83c67c8b456f.html