Fuente: Los Tiempos, 3 de abril de 2022
Hay todo un sistema. El objetivo es evadir los controles, cruzar ilegalmente la frontera e introducir la cerveza de contrabando en las ciudades capitales de Bolivia. Todo empieza en la ciudad fronteriza de Corumbá, Brasil. Aquí abunda la oferta cerveza en lata y decenas de personas se dan modos para introducirlas ilegalmente en el lado boliviano.
Con el real devaluado, muchas familias dedicadas a la comercialización de cerveza encontraron en Bolivia su mercado potencial, pero a través del contrabando.
“Yo tengo un amigo de confianza que cobra 300 bolivianos para cruzarlo”, dijo un vendedor de cerveza haciendo referencia al costo del transporte de un pallet (al menos 4.500 unidades) desde Corumbá hasta Arroyo Concepción, en Puerto Quijarro (Bolivia).
Al pagar esos 300 bolivianos, el comprador tiene la garantía de que su pallet de cerveza llegará sin problemas al lado boliviano. Sin embargo, esa operación involucra a otros actores: policías y funcionarios de la Aduana de Bolivia.
Un chofer que presta este servicio en su vehículo Noah, afirmó que los conductores deben dar una coima de 100 bolivianos a los policías que controlan el ingreso a Bolivia.
El control de los funcionarios de la Aduana no le preocupa, ya que ellos se enfocan más en la mercancía de importación y exportación. A los vehículos Noah ni los revisan.
Pero también hay ocasiones en las que el control aduanero es estricto, entonces los contrabandistas activan otro recurso: un camino alterno por una propiedad agrícola que permite evadir el control.
De una u otra manera, con coimas o con caminos alternos, el contrabando de cerveza brasileña a territorio boliviano es cada vez mayor.
¿Y cuál es la motivación para este negocio ilegal? El bajo precio. Al comprar por mayor, una lata de cerveza de la marca Skol cuesta 2,90 bolivianos y de la marca Conti, 2,70. Dichos productos, al ser transportados a las ciudades capitales, se los comercializa en por lo menos 5 bolivianos.
Un funcionario de la Aduana, que conoce el movimiento en este punto fronterizo y que prefiere mantener su nombre en reserva, afirmó que decenas de personas realizan el contrabando hormiga a través de vehículos Noah, que además son indocumentados, pero poseen placas de la Alcaldía de Puerto Quijarro.
El funcionario explicó que en esta frontera rige el Tratado de Roboré, que permite a las poblaciones fronterizas de Bolivia y Brasil el libre intercambio comercial de productos relacionados con la canasta familiar, exceptuando así las bebidas alcohólicas.
Cientos de personas se valen de esta facultad para introducir cerveza camuflada entre los alimentos. Esta situación dificulta el control a los técnicos de la Aduana, quienes, a su vez, se centran en el control de vehículos con carga de importación y exportación.
Ya en lado boliviano, en Arroyo Concepción, el transporte de la cerveza parte desde los almacenes que están al interior de viviendas comunes. Desde allí la mercancía es transportada en camiones hacia Santa Cruz.
Al avanzar 55 kilómetros, los motorizados llegan al puesto de control aduanero de Yacuses. El control es relativo, pero los contrabandistas saben que la hora de almuerzo es una oportunidad para burlar las requisas.
En caso de que la vigilancia sea permanente, optan por utilizar un camino alterno que bordea los rieles del tren y avanza por el interior de propiedades ganaderas, donde deben dejar pequeñas coimas para circular. Este camino les permite eludir el puesto de control.
Al continuar el trayecto, las coimas continúan siendo el boleto de entrada a otros municipios, como San José de Chiquitos y Pailón. De ahí en adelante, el ingreso a la ciudad de Santa Cruz no tiene inconvenientes.
POLICÍAS AYUDAN A LOS CONTRABANDISTAS
Según la denuncia de un funcionario de la Aduana Nacional, quien prefiere mantener su nombre en reserva, los policías que patrullan en las carreteras filtran información a los contrabandistas para que estos pasen por los puestos de control cuando las requisas por parte de los aduaneros disminuyen.
“Los aduaneros se turnan para almorzar y ellos (los policías) filtran la información, y cuando hay mucho control de la Aduana no pasa ningún vehículo porque los policías ya filtraron la información”, dijo.
Mencionó que los contrabandistas pagan a los uniformados hasta 5.000 bolivianos para transitar libremente.
OPINIÓN “SE REQUIERE UNA SERIE DE MEDIDAS DE AJUSTE ECONÓMICO”
GERMÁN MOLINA Economista
El contrabando ha existido desde tiempos remotos, no es reciente, pero efectivamente se está acentuando últimamente en nuestro país. Se requiere una serie de medidas de ajuste económico y de reforma estructural. Con las condiciones de la actual gestión gubernamental va a ser dificultoso que pueda llevar adelante estas medidas. Tampoco está funcionando la lucha contra el contrabando, el cavado de zanjas ni el perseguir a los contrabandistas, porque el incentivo es elevado para hacer contrabando hacia nuestro país, así como sacar de nuestro país algunos productos subsidiados. Desde mi punto de vista, dadas las condiciones externas e internas, con la actual administración gubernamental y su modelo de economía social comunitaria productiva, no le permite hacer estos ajustes. Por ejemplo, tendría que haber un ajuste para reducir subvenciones, como por ejemplo al pan. El otro aspecto es relativo a tipo de cambio que no se modifica desde noviembre de 2011 y no lo van a modificar, porque detrás de eso está la política de bolivianización. Entonces, eso no le va a permitir hacer los ajustes que se requiere, por lo tanto, este costo que está incurriendo como país va a continuar.
Fuente: Los Tiempos